
—Shot through the heart and you're to blame, darling,
you give love a bad name...!
Los reflectores, la
potencia del sonido y los gritos emocionados inundaban el escenario, haciendo
del concierto, uno escandaloso y lleno de vida. Los dedos de la pelimorada
danzaban en las cuerdas de su querida guitarra eléctrica, haciendo resonar todo
el hall. Cada segundo, cada minuto, lo disfrutaba al máximo. La hacía sentirse
viva. Se estaba comiendo de lleno al público, encantándolos, como cada ocasión
que se le presentaba la oportunidad de transformarse en una versión de sí misma
en más grande.
‘La idol misteriosa’,
algunos la llamaban; se debía a sus apariciones y desapariciones repentinas en
la industria musical. De las pocas veces que se presentaba, llenaba todos los
asientos. Existía una gran demanda para los eventos que daba. En cuanto alzó la
vista para posesionarse del micrófono, las gotas de sudor fueron visibles en su
precioso rostro. Una sonrisa tan extensa que le llegaba hasta los ojos,
iluminaba sus facciones. De un movimiento, echó su cabellera hacia atrás. Los
fans enloquecieron al contemplar la imagen de la de joyas bicolores en las pantallas
de tamaño monumental
—An angel's smile is what you sell, you promise me
heaven, then put me through hell, chains of love got a hold on me, when
passion's a prison, you can't break free~♪!
Su aspecto no tenía ninguno
de niña mimada. Su estilo se inclinaba por uno rebelde, rockero. Sus
caireles, despeinados, volaban por el auditorio
—Ooh, oooooh, you're a loaded gun… yeah…♪
Se tomó su tiempo en
aquella oración para relamer con lentitud sus labios color vino, morder el
inferior y pintando una irresistible sonrisa en estos, volviéndole a sacar un
grito al público.
Potente, su voz encandiló a
todos. Era su don, el que su padre le había dado… aunque no exactamente para
hacer espectáculos. Especial. Singular.
‘𝙴𝚛𝚎𝚜 𝚜𝚞 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊𝚗𝚣𝚊’. . . ‘𝚃𝚞 𝚖𝚒𝚜𝚒𝚘𝚗 𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚌𝚊𝚒𝚐𝚊𝚗 𝚎𝚗 𝚍𝚎𝚜𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗, 𝚐𝚞𝚒𝚊𝚕𝚘𝚜, 𝚊𝚢𝚞𝚍𝚊𝚕𝚘𝚜… 𝚌𝚞𝚛𝚊 𝚕𝚊𝚜 𝚊𝚕𝚖𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝚎𝚖𝚙𝚘𝚋𝚛𝚎𝚌𝚒𝚍𝚘𝚜, 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚑𝚊𝚗 𝚍𝚎𝚓𝚊𝚍𝚘 𝚌𝚊𝚖𝚒𝚗𝚘 𝚊𝚕 𝚟𝚊𝚌𝚒𝚘 𝚎𝚗 𝚜𝚞𝚜
𝚌𝚘𝚛𝚊𝚣𝚘𝚗𝚎𝚜’; tan consentida como Lucifer a los ojos del ente al que los humanos le decían el ‘todopoderoso’, ella sí que no opuso protestas, ni envidias, a diferencia de su… ¿hermano?. No lo consideraba tal cual, ni siquiera compartían lazos de sangre ni mucho menos pertenecían a la misma especie, de hecho, pese a los milenios, su rivalidad con él seguía latente. ‘Imbécil charlatán traidor, pareces unarlequin’, lo bendecía con aquella frase cuando se miraban cara a cara.
𝚌𝚘𝚛𝚊𝚣𝚘𝚗𝚎𝚜’; tan consentida como Lucifer a los ojos del ente al que los humanos le decían el ‘todopoderoso’, ella sí que no opuso protestas, ni envidias, a diferencia de su… ¿hermano?. No lo consideraba tal cual, ni siquiera compartían lazos de sangre ni mucho menos pertenecían a la misma especie, de hecho, pese a los milenios, su rivalidad con él seguía latente. ‘Imbécil charlatán traidor, pareces unarlequin’, lo bendecía con aquella frase cuando se miraban cara a cara.
La voz de la fémina tenía
el extraño efecto de hacer sentir bien a la persona que la escuchara, como si
una magia floreciera del interior de los ajenos… un vigor inquebrantable. Las
heridas emocionales y físicas se cerraban gracias a su canto, no obstante, las
primeras, eran más frágiles y dependiendo de la profundidad con la que se
habían cosechado, la sensación podía únicamente durar lo que la melodía de la
jovencita perdurara. ¿Qué mejor que dedicarle su matiz de tono a las masas?
Aniquilaba dos pájaros de un tiro; en parte cumplía con su tarea encomendada y
la diversión estaba garantizada.
Lanko no le dedicaba a
nadie personalmente sus canciones, jamás, mas que a su mamá y a su hermano;
cuando le pedían cantar, con ellos dos, lo hacía con todo el gusto del mundo.
—Shot through the heart and you're to blame, you give
love a bad name. I play my part and you play your game~♫
Tiró su chamarra de piel
negra al piso, dejando ver su silueta por completo. Había lanzado su
personalidad infantil y huraña por la borda, por un acantilado… y así
permitiéndole el lugar a una madura, encantadora, atrevida y sensual; exclusiva
del escenario. Se transformaba.
—You give love a bad name… you give love a bad
name…. you give love a bad name~~♪!
El concierto duró unas
cuantas horas más y hasta que por fin llegó a su final, chispas llameantes,
cerraron con broche de oro. Pasaría otro largo tiempo para volviera a dar uno.
Ella, les dio un regalo personal a sus fans; en el cielo, como si fuera parte
de los efectos especiales que el staff puntalmente se dedicó a organizar, creó
fuegos artificiales y luces que parecían auroras boreales con unos cuantos
movimientos de mano. Loquísimo, claro, tratándose de un interior techado del
sitio donde se hallaban los cientos de personas. Sus yemas volvieron a
acariciar de nuevo las cuerdas de su instrumento, delicadamente, como si en
cualquier momento fueran a cortarla. Lanzó un grito de despedida y
agradecimiento, meneando su brazo de lado a lado cuando la plataforma a sus
pies, en automático comenzó a descender. La acompañaba el bajo, el piano y la
batería de algunos de los músicos presentes. El corazón le latía tan rápido que
juraba que iba a salírsele en cualquier segundo, todavía tenía la sensación de
que su piel seguía temblando de la euforia y del ímpetu de los acordes de los
instrumentos. Ahhhhhh, ¡era lo mejor!
Lamentablemente, rechazaría
la invitación de su manager para hacer una post-celebración en un antro lujoso
de la ciudad. Quería descansar y de ser posible, seguir jugando con su guitarra
eléctrica en el estudio de música de los 𝒫ℯ𝓃𝒹𝓇𝒶ℊℴ𝓃 hasta quedarse dormida. Su
casa era enorme… ¡pues claro, era una mansión! …a la fecha, se seguía perdiendo
por los pasillos. Pfff, ¡gracias a que la señora de la casa estaba cerca para
‘rescatarla’! Una mujer con el cabello platinado, recatada… para su gran edad,
se le veía muy completa.
—Ha… hahaha~ ¡cómo crees! ¡bah, no me perdí! Estaba…
u-uh… dando un paseo… ¡paseo, sí, uno… muy distractorio…!
Qué va, esa señora humana,
conocía a la de ojos bicolores como la palma de su mano y pese a las bromas que
alguna vez Lanko le jugó y a veces, seguía haciéndolo, no caía… ciertamente
lograba impresionar a la joven inmortal.
—………….Entschuldigung, mamá…

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